Etapas en la enfermedad del Alzheimer:
Las tres etapas que figuran a continuación representan la progresión general de la enfermedad. Sin embargo, la enfermedad de Alzheimer no afecta a todos de la misma manera, por lo que estos síntomas varían en gravedad y cronología. Habrá fluctuaciones, incluso a diario, y superposición de los síntomas. Algunas personas experimentan muchos síntomas, otras sólo unos pocos, pero el progreso general de la enfermedad es bastante predecible. En promedio, las personas con Alzheimer viven de 8 a 10 años después del diagnóstico, pero esta enfermedad terminal puede durar hasta por 20 años.
Etapa 1 (leve):
Temprano en la enfermedad, las personas con Alzheimer tienden a ser menos enérgicas y espontáneas. Muestran pérdida mínima de la memoria y cambios de humor, y son lentos para aprender y reaccionar. Ellos se hacen aislados, evitan la gente y nuevos lugares y prefieren lo familiar. Los individuos se confunden, tienen dificultades para la organización y planificación, se pierden fácilmente y ejercen un pobre juicio. Ellos pueden tener dificultad para realizar las tareas de rutina, y tienen dificultad para comunicarse y comprender material escrito. Si la persona está empleada, la pérdida de memoria puede comenzar a afectar el rendimiento en el trabajo. Ellos pueden convertirse en personas enojadas y frustradas.
Etapa 2 (moderada):
En esta etapa los individuos pueden todavía realizar tareas simples independientemente, pero pueden necesitar la ayuda con actividades más complicadas. Ellos olvidan los acontecimientos recientes y su historia personal, y cada vez están más desorientados y desconectados de la realidad. Las memorias de un pasado lejano puede ser confusas con el presente, y afectan la capacidad de la persona para comprender la situación actual, fecha y hora. Pueden tener problemas para reconocer personas familiares. Aumentan los problemas del habla y comprensión, la lectura y la escritura son más difíciles, y el individuo puede inventar palabras. Ya no pueden estar seguros solos y pueden deambular. Mientras los pacientes de la enfermedad de Alzheimer se hacen más conscientes de esta pérdida de control, se pueden hacer depresivos, irritables e inquietos o apáticos y aislados. También pueden experimentar trastornos del sueño y tienen más dificultad para comer, vestirse y asearse.
Etapa 3 (grave):
Durante esta fase final, la gente puede perder la capacidad para alimentarse a sí misma, hablar, reconocer personas y el control de las funciones corporales. Su memoria se agrava y puede llegar a ser casi inexistente. La atención constante es necesaria. En un estado físico debilitado, el paciente puede llegar a ser vulnerable a otras enfermedades y problemas respiratorios, sobre todo cuando tiene que estar confinado a la cama.